La celulitis se ha transformado en uno de los problemas más molestos que afectan de forma visible nuestra piel. Hay muchas maneras de combatirlo, desde la ingesta de una mayor cantidad de líquidos, la reducción del consumo de sal, u otras formas que lo disimulan como el bronceado e inclusive el evitar exponer esas zonas a la mirada de extraños. Una de las nuevas formas que se ha masificado últimamente, sobre todo por los beneficios que presenta en distintos niveles, es el drenaje linfático. Éste consiste en una serie de masajes muy suaves e indoloros, que pueden ser aplicados manual o mecánicamente, y que comprende una terapia circulatoria que permite reducir la retención de líquidos, la mala circulación, y la molesta celulitis. En Monyin te damos los tips para reconocer un buen masaje de drenaje linfático manual.
Estos masajes se han convertido en un éxito en diversos SPA y centros de estética, sobre todo por sus múltiples bondades, que van desde eliminar las toxinas, favoreciendo al sistema inmunológico, facilitar la eliminación de los líquidos con deshechos o flujo linfático -lo que rápidamente se nota en la disminución de la hinchazón después de algunas sesiones-, hasta su efecto sedante y relajante, producto de la serie de movimientos que comprende el masaje en sí mismo y sus efectos en el sistema parasimpático. Sus aplicaciones por tanto van más allá de las indicaciones estéticas -el combate del acné, la rosácea, la celulitis, cicatrices y la acumulación de grasa localizada-, incluyendo también indicaciones médicas, como en los casos de asma, estreñimiento, cefalea, edemas, linfedemas, etc. No obstante, siempre las indicaciones se dirigen a que este tipo de tratamientos sea llevado a cabo de forma complementaria a hábitos alimenticios adecuados y de actividad física constante.