La falta de seguridad manifiesta en Badoo
Muchos de quienes somos usuarios de Badoo ya conocemos la dinámica general que se pone de manifiesto en este tipo de plataformas, donde resulta muy fácil poder comunicarnos con prácticamente cualquier persona del planeta, teniendo como casi única limitante la diferencia de idiomas. Lo cierto es que así como resulta muy fácil poder comunicarse, aceptar o rechazar contactos y mostrarnos como queramos en Badoo, no es menos cierto que en ocasiones nos encontramos con algunos perfiles o imágenes que no poseen alguna descripción más específica respecto del perfil que visitamos. De hecho son muchos los usuarios de Badoo que en sus perfiles no agregan ningún tipo de descripción. A muchos esto podría parecerles propio de personas que son más frívolas, superficiales y que creen que con una imagen no requieren contarnos más acerca de ellas, pero esto no necesariamente es así. Es por ello que a continuación te contaremos acerca de qué es lo que ocurre en general con muchos de estos perfiles y exploraremos por qué esto se da en plataformas como Badoo.
Muchas personas de las que usan perfiles sin descripción en Badoo lo hacen no necesariamente por una suerte de narcisismo, sino que también por temor a que dentro de la plataforma puedan ser reconocidos por alguien conocido o bien para poder evitar que contactos molestos vuelvan a tomar contacto con estos perfiles. De esa forma en caso de consultárseles personalmente si están en Badoo, pueden fácilmente negarlo para no ser identificados. Hay que decir que esto ocurre bastante entre personas que ya tienen una relación e incluso que están casadas y que buscan tener aventuras en Badoo. Por otro lado, también ocurre en estos casos que la razón del perfil vacío en Badoo es que quizá alguien está haciendo mal uso de fotografías o información ajena, para poder persuadir a personas más inocentes de que son quienes realmente no son. Por ello es que lo mejor es siempre poder tomar contacto con estas personas y conocerlas a fondo y de modo sincero, tanto para saber realmente con quién hablamos, como para estimular la confianza del otro en nosotros.