Errores de conquista
Sin lugar a dudas de que resulta muy difícil encontrar pareja en el marco de la vida contemporánea, pero desde luego que resulta aun más difícil saber qué debemos y no debemos hacer para lograr nuestro objetivo.
Hay normas muy básicas para que veamos objetivamente aquellas cosas (acciones, actitudes) que, si se pretende lograr una afinidad plena, no deben realizarse.
Lo primero es evitar restringir la conquista a las retribuciones materiales; en esencia dista de ser “limpio” o halagador el que procedamos como si la persona pretendida fuese un “superior” a nosotros y su pasión dependiera exclusivamente de lo que puede conseguir.
Otro error recurrente es adelantarse a los hechos; un simple “me gustas mucho” o un “te amo” ameritan más que un par de citas como precedentes para decirse de manera conciente; los hombres y mujeres que reciben declaraciones muy tempranas pueden sufrir una breve desilusión a causa del prejuicio que la actitud implica.
Otro de los errores típicos es forzar la atracción; una vez que a alguien no le gustas la cuestión es simple (no hay peor ciego…) el intentar convencer de lo contrario o el hecho de desarrollar una actitud “implorativa” solo refuerzan nuestro sentimiento de inferioridad y falta de seguridad (conceptos generalmente desagradables).
Encontrar a una pareja y saber cómo proceder para que pueda elegirnos es siempre una buena alternativa cuando no solo somos concientes de nuestra valía, sino que también de los sentimientos ajenos.