La estación del amor
Ha llegado la primavera y pareciera que todos se funden dentro de un mar de emociones. Ellas, esperando la manera de cómo encontrar novio, ellos, haciendo uso de sus encantos. Ellas, mostrando un poco más de piel, ellos, recreando la vista y perdiéndose entre las mujeres hermosas que caminan en la multitud.
Es tiempo de flores, sol, y aromas; el verde es más verde que nunca y aunque la rutina, la tecnología y el sistema nos mantenga atrapados, no podemos evitar disfrutar de esa libertad, la de elegir a quien amar o simplemente amar sin elegir.
No se trata de adueñarse del otro, no se trata de trofeos, se trata de entregarte al otro y juntos alcanzar el preciado premio: la plenitud. Promesas, mentiras, traiciones, apariencias… entrega, confianza, inseguridad, cortesía…quizás todas son necesarias, quizás no.
Eso es lo hermoso del amor, que es impredecible y que aún no existen los expertos, porque aunque la popularidad y el éxito con las personas del sexo opuesto parezcan lo necesario para triunfar, la felicidad y el bienestar del corazón se consigue de otra forma. De la mano de aquel compañero de primaria, o de aquella eterna mejor amiga o de aquél extraño que te ayudó a subir al autobús, cuando encontrar novio ni se te había pasado por la mente.
O quizás sólo al contemplar a ese pensativo individuo recostado en el parque, que hojea su libro, pero que en toda la tarde no ha hecho más que mezclar letras y frases en su cabeza y que el resultado forma un nombre, ese que revoloteará en su mente por 2 meses, un año o para siempre.