Imagina la siguiente situación. Vas en el autobús tranquilamente leyendo un libro. De repente te das cuenta que un hombre guapo se sube y se sienta a tu lado. Sumemos a la escena que puedes apreciar su aroma. Huele bien. De reojo miras sus manos. Limpias, uñas cortas. Podrías jurar que son suaves. Y no lleva anillo. Entre sus dedos sujeta un libro. Del mismo autor que tanto te gusta.
Sigamos soñando. Sube después una anciana. El joven a tu lado le cede el asiento. Denota caballerosidad. Piensas enseguida “es educado”. Tu mirada ya no puede escapar por la ventanilla. ¿Qué haces? Te das cuenta de pronto que al joven le cuesta sujetarse pues lleva una mano ocupada, con el libro. En la espalda un bolso. ¡Dios mío, es una señal! “Vamos, no puedes ser tan tímida”, esa típica vergüenza que tenemos nosotras las mujeres, la posibilidad de quedar como una idiota. O una babosa. ¿Te atreverías a llamar su atención? ¿A darle una señal de que existes? Tímidamente con apenas un hilo de voz te preguntas mentalmente ¿Te sostengo el libro?, otra vez, ahora le preguntas realmente. El joven te responde que sí (¡dijo que si!) y te da las gracias por el gesto.
Han intercambiado una mirada, tal vez una sonrisa. Dos desconocidos que ahora tuvieron un pequeño contacto. Te agrada su mirada. Te agradó su voz. ¿Le habrás agradado tú?, otra vez comienzan las preguntas. Una parada después se baja la anciana. El joven regresa a tu lado en el asiento. Le devuelves el libro y rozas un dedo con él. Faltan 10 minutos para llegar a tu destino. Jamás volverás a verle. De pronto de reojo ves que él escribe algo en un pequeño trozo de papel. Es un juego de gato. El joven marca una cruz. Luego te pasa el papel con el lápiz y te dice “tu turno”…
Hay situaciones que pueden marcar tu destino. A veces en el momento que menos te lo esperas, así como en el caso anterior, el amor puede tocar tu puerta. No se sabe cuando pasará, pero debes tener en cuenta que a veces hay que ayudarlo un poco. No se trata de ir por la vida de “cazadora”, solo se trata de vencer un poco la timidez. Así como en la situación del autobús el gesto sutil de llevar el libro del joven atrajo su atención y cambió el curso de la historia, puede ocurrirte a ti en otro contexto. Solo es cosa de intentarlo. ¡Anímate! Aquí, en A buscar Pareja, estaremos para aconsejarte. ¡Buena suerte!