Anillo de casado
No hay dudas de que los celos son una constante en la vida de una pareja casada; en épocas menos felices las mujeres sufrían una salvaje represión que las obligaba a arriesgar sus propias vidas para que el marido no debiese enfrentar un “desagravio”; tal era el famoso cinturón de castidad, muy popular en la edad media y que debido a la alta tasa de mortalidad que producía no prosperó en el tiempo; aunque supletoriamente aún se conservan muchos otros métodos alternativos.
Por hoy la solución parece ser mucho más simple, adaptada tanto a mujeres como a hombres por un precio bastante inferior: nada menos que 550 dólares por un anillo de titanio; una pieza de joyería elaborada especialmente para los individuos bajo sospecha que funciona marcando el anular con relieves de una serie de letras con la palabra “casado”.
La idea es que al quitarse el anillo las letras queden “grabadas” en la piel del hombre o mujer que lo lleva, dejando claro así su estado civil. ¿Nada mal, no?
La preciada joya, más por su utilidad que por su valor es un instrumento bastante útil para que los esposos sigan el respeto a la fidelidad de su pareja; sin lugar a dudas cuando existe un sesgo de desconfianza.
Habrá que ver qué hacen muchos cuando su pareja les inste a ostentar este nuevo regalito.