Enamorarse otra vez
Abrirse a la posibilidad de encontrar pareja una vez concluida una relación tormentosa es probablemente una de las empresas más difíciles de lograr para cualquiera; y es que el hecho de terminar una relación supone una crisis personal en la que se plantean importantes modificaciones.
Una de las grandes alteraciones que produce el culminar una relación significativa es desde luego la pérdida de la expectativa personal y por ende de los proyectos, actividades o conceptos de vida; se tiende a pensar que no habrán nuevas relaciones que permitan igualar nuestra felicidad y autoestima surgidas en la circunstancia en que se hacía anteriormente.
Lo importante es no dejarse invadir por la tristeza y desde luego mirar hacia adelante de manera optimista; aunque desde luego conviene seguir una serie de factores o consejos que de manera trascendente determinarán el grado de nuestra apertura emocional y afectiva condicionante para asumir vínculos y afianzarlos en el tiempo.
Primero, es prudente que bajo la expectativa de conocer a una nueva persona no tendamos a “compararla” con la anterior; eso incluye el no forjarse proyecciones aparentes de la vida afectiva que dejamos en nuestra relación anterior.
Aprende que las personas son un universo; cada persona es muy diferente a la otra y por ende posee valoraciones propias y conceptos que desde luego lo individualizan y se determinan en sus acciones.
No intentes restar importancia a los infortunios de la relación pasada; es importante que tengas la entereza de sobreponerte sobre la adversidad y determinarte a vivir una vida plena sin mentiras ni engaños.
Confía en ti, en tus potencialidades y capacidades; traza un nuevo esquema de vida tomando nota de tus errores, ¡Verás cuán gratificante puede ser!